Sillas ergonómicas

Las sillas ergonómicas son aquellas que se adaptan a la forma del cuerpo humano evitando malas posturas y posteriores problemas de salud. En este sentido, este tipo de sillas hace que nuestro cuerpo adquiera una posición que le sea natural cuando estamos sentados.

Si trabajas o estudias durante muchas horas y no tienes a tu disposición una silla ergonómica es común que al finalizar tu jornada laboral sufras dolores de espalda, de pies y de articulaciones en general.  Es por esto que lo ideal es usar una silla especial que reúna todos los requisitos necesarios para cuidar tu postura y tu cuerpo.

Las mejores sillas ergonómicas

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Características de las sillas ergonómicas

La ergonomía estudia cómo influyen las condiciones laborales en la productividad. Su objetivo es potenciar la capacidad laboral reduciendo el estrés, la fatiga y los posibles problemas de salud.

Dejemos las sillas del comedor en su lugar y los sillones mullidos del living para una película porque no son apropiados para trabajar o estudiar a distancia. Veamos a continuación algunas características de las sillas ergonómicas.

Respaldo reclinable

Cuando una silla ofrece la posibilidad de reclinar el respaldo nos da mucha más libertad de movimiento. De esta forma podemos ajustarlo según la postura que necesitemos o queramos tener en determinado momento.

El respaldo debe tener una prominencia lumbar. Gracias a esta función la columna vertebral siempre estará apoyada y contenida por el respaldar reclinable, evitando así una sobrecarga innecesaria. Los modelos más sofisticados tienen una memoria de posición incorporada para no tener que regularla cada vez que nos sentemos a trabajar.

Asiento regulable

Esta función también es fundamental en una silla ergonómica. La altura del asiento se debe regular en función de nuestra estatura y de la altura de la mesa de trabajo. Al apoyar las plantas de los pies en el piso, las rodillas deben formar un ángulo de 90º. Además, tenemos que poder apoyar los hombros y la cabeza de forma adecuada. Otra de las regulaciones del asiento es la que se hace en función del respaldar para evitar presiones en la zona del abdomen.

El tamaño del asiento debe ser amplio para que quepamos de manera holgada y nos sobre espacio alrededor. Finalmente, la parte de adelante del asiento debe estar ligeramente inclinada hacia abajo para que no oprimamos la parte posterior de las rodillas y favorezca la circulación sanguínea en las piernas.

Reposabrazos

Aunque no son obligatorios en una silla de oficina, te recomendamos elegir un modelo que los incluya y que sean regulables. Los reposabrazos tienen que quedar alineados con el borde del escritorio para evitar molestias en las muñecas y los antebrazos.

Asimismo, una buena posición de los brazos reduce el daño que se puede generar en los codos, omóplatos y espalda y alivia la carga en los discos intervertebrales.

Materiales

Son muchas las opciones de telas y materiales que hay disponible en el mercado. En este sentido te sugerimos que sean transpirables, resistentes y de fácil limpieza. Nos sentamos y nos levantamos a cada rato, nos acomodamos en la silla y nos movemos de un lado a otro y todos estos roces desgastan el tejido o tapizado de la silla.

Con respecto al relleno, lo ideal es que estén rellenas de espuma inyectada porque su forma perdura más tiempo sin alterarse.